Mansion de Alessandra Capuleto.

Sin dudarlo un segundo tomé a Alessandra por los hombros e hice que se sentara en mi regazo. La abracé con fuerza.- Ya.. tranquila.. iremos a ver a tu padre..¿De acuerdo? Estarás con él hasta el último segundo..¿Vale?-murmuré preocupado.

Lloré como si el mundo se fuera a acabar en ese mismo instante. Me aferré con fuerza a Camilo y empapé su camisa con mis lágrimas. Asentí ante la idea de ir a ver a mi padre. El dolor que sentía era desgarrador.. Muy intenso, casi insoportable..

Estaba llorando mucho, realmente me preocupaba. Acaricié su cabello.
-Bien, nos vamos ahora..-dije, la tomé en brazos y me levanté- Ya mismo.. Tatiana?- dije a voz de grito. En seguida apareció la ama de llaves.
-¿Si señor Rinogui?
-Preare unas ropas para la señorita Alessandra y otras para mí, partimos ahora mismo- anuncié sin apartar los ojos de Alessandra.
-Ya mismo señor..-murmuró antes de salir.
-¿Puedes caminar o prefieres que te lleve?- reí entre dientes, aunque sabía que no era el momento.

Asentí ligetamente.
-Puedo caminar..-murmuré entre sollosos, aunque las piernas me temblaban. Camilo me dejó de pié. Tomé su namo por las dudas y fuimos hasta la puerta. En ese momento llegó Tatiana con unas pequeñas maletas. Era más rápida de lo que pensaba.
-Gracias..-susuré. Camilo tomó las maletas con una mano. No tenía ni idea de cómo lo hacía. En fien. Abrí la puerta y salimos. Fuimos hasta la cochera, subí de la parte del copiloto. Camilo dejó las maletas en la cajuela y subió al coche. Arrancó y fuimos hsata las rejas. Allí hice que parara un minuto. Bajé el vidrio tintado.
-Quiero que cuiden bien la casa, dobles guardias y demás. Y si llega a llamar un tal Friedrich Hënzel o Anika Della Rossa, pidiendo seguridad, me pasan la llamada..¿Vale?
-Si señorita capuleto..- Respondió el guardia. Sonreí.
-Bien.. aidos..-murumré subiendo el vidrio. El hombre abrió las rejas y nos fuimos por la carretera hasta el aeropuerto.

El chofer se detubo frente a la reja, el guardia la abrió y entraron. Aparcamos frente a la mansion, salí del coche, entré a casa y subí las escaleras. No tenía apetito y solo quería estar sola en la cama. Ignoré todas las preguntas y demás de Tatiana mientras caminaba, tambaleandome hasta mi habitacion. Entré al baño, me quité la ropa y abrí el agua caliente. Despues de un tiempo indefinido salí del baño, me sequé el pelo, lo cepillé repetidasveces y me puse un pijama de tirantes. Me deslicé bajo las sábanas y apagué la luz. Estaba completamente sola, y me gustaba. Cerré los ojos e inspiré profundamente. Estaba completamente desconsolada, aflijida. Me sentía terriblemente mal. Intenté dormir sin mucho éxito y decidí quedarme despierta, haciendo nada.

Desperté acalorada. Había tenído un mal sueño. Me levanté, me vestí y bajé las escaleras. Agarré mi bolso y salí de la casa. Fuí hasta la cochera, me subí a un auto y salí del perímetro de mis tierras.

Entré en alcasa y al instante sonó mi movil, atendí.
-¿Diga?-dije mientras el mozo se llevaba mis maletas.
-Angie seguramente esta en el hospital-contestó una voz femenina.
-Hola Alessandra-sonreí de lado.
-¿Vas a ir ahora?
-Si-dije, echando un vistazo a la mansion, nada había cambiado despues de dos años.
-Bien, adios-colgó.
-Adios...-dije al tono. Me dí media vuelta, apra irme.
-Bienvenido señor Rinogui-dijo la camarera-¿Desea comer algo?
-No, gracias Tatiana, saldré.. tal vez cuando regrese..-abrí la puerta.
-Claro señor Rinogui-dijo sonriente. ¿Como pueden estar todos tan felices? Rodé los ojos, negando con al cabeza, tomé las llaves de la mansion, y fuí hasta el garage, no iba a permitir que me llevaran a todos lados. Tomé el primer coche que ví y salí de allí.

Tatiana abrió al puerta.-Sta Citta-dijo algo sorprendida-Ahora llamo a la Señora Capuleto, por favor, entre-dijo dejándole un lugar para que pasase. Salió rápidamente, subió las escaleras y llamó a mi cuerto.-¿Sí?-dije sin apartar los ojos de mi libro. Tatiana entró.-Señora Capuleto, la Sta Citta está abajo esperándola. Fruncí el ceño y miré a mi ama de llaves, le sonreí sin mucha cortecía.-Ya voy-dije y me levanté, dejando el marcador en el libro y este sobre la mesa de noche. Entré al baño y me cambié el pijama por una falda y una camisa blanca. Salí de la habitación y bajé las escaleras con elegancia; caminé hasta un sofá, me senté e hice un movimiento con al mano para convidarle asiento a Angelus.-Dime Angie, ¿Qué te trae por aqui?-sonreí, cruzándome de piernas.

-Necesito alojamiento por un tiempo..-
Susurré, llendo directamente al grano
-No puedo ir al penthouse o al hotel Ritz, por que seria el primer sitio donde me buscarían-
Mire Alessandra fijamente, aunque mantenía el rostro sereno, en mis ojos bailaba una chispa de tristeza y dolor

Asentí.-Claro Angie y dime ¿quién exactamente te busca?-enarqué una ceja- si te refieras a los asquerosos rusos-mascullé la palabra con asco-Nos buscan a las dos-enarqué aun ceja.

-Nada de eso.. Gaspard y Julia..-
Susurré, bajando la mirada
-Es una larga historia.. El resumen es: No quiero verlos sufrir por mi culpa.. No volveré a casa hasta que esté totalmente controlada..-
Murmure, estremeciendome visiblemente ante los recuerdos de aquella tarde en Paris

Fruncí el ceño.-¿De que quieres controlarte?-dije mientras servía un poco de vino en un vaso-¿Quieres?-pregunté, señalando el vaso.

Suspire y mire a Alessandra
-Por favor-
Murmuré, aceptando la copa de vino
-Hace poco menos de tres días, estuve en París con Gaspard, Pietro y Julia.. Andrei Valeska raptó a Armand y fuimos a reuperarlo..-
Susurré, acomodandome en el sofá
-Como siempre, había un precio a pagar.. Mi persona a cambio de que Armand y Gaspard se fueran sin problemas-
Cerre los ojos, apretando los puños con fuerza
-Andréi... bueno, se divirtió bastante conmigo..-
Sisee, sintiendo una oleada de asco recorrer mi cuerpo
-No puedo dormir, tengo la misma pesadilla todas las noches, y se que eso hace inmensamente miserable a Gaspard-

Asentí lentamente- Entinedo.. y tu no quieres precuparlos mas, claro-dije y bebí un poco de vino- bueno, te recibiré con los brazos abiertos, y espero qeu Valeska halla recibido su merecido.- enarqué una ceja.

-Aun no..-
Murmuré con ira
-Pero pronto lo hará.. Y yo personalmente me encargare de ello-
Sisee, cerrando los ojos y sacudiendo la cabeza
-En verdad te agradezco esto Alessandra..-

Asentí- Asi me gusta- Sonreí- No hay de que Angie, somos "compañeras" de trabajo, y además, no puedo decirte que no, a ti Angelus Citta-dejé el vaso en la mesa de cristal que tenía lugar junto al apoyabrazos del sofá.

Rei entre dientes, mirando fijamente la copa de vino, tomando un sorbo largo
-¿Por que no?.. Bien podrias negarme asilo en tu casa..-
Susurré

Me encogí de hombros.
-Ay algo que me lo impide.-tomé nuevamente mi vaso y le dí un sorbo- ¿Sabes Angie? Creo que te he cogido cariño-dije y sonreí levemente enrcando una ceja.

Levante la mirada, enarcando una ceja
-Vaya, llamen a la prensa!, las jefas de la mafia Italiana demuestran sentimientos-
Bromeé con cierto deje de sarcasmo, no podía dejar de pensar en Gaspard y en Armand
-Alessandra, ¿Me disculpas un momento?-
Susurré, sacando el móvil y marcando el número de casa.. Nadie respondió, asi que deje un mensaje en el contestador..

Rodé los ojos y reí entre dientes. Me levanté.
-Bueno Angie, siéntete como en tu casa; Tatiana y Sam te atenderán en lo que desees, tu habitacion debe esatr preparada-miré de reojo a mi camarera que asintió; sonreí- Bien, me retiro a leer-dije y subí als escaleras, entré a mi cuarto y comencé a leer nuevamente acosatda en al cama.

Sonreí levemente y miré a Tatiana de reojo
-Senorita, tiene pinta de querer descansar un rato, sigame por favor-
Susurró suavemente, subiendo las escaleras hasta una la ultima habitacion del pasillo, la mas alejada de todos
-Por si necesita privacidad-
Sonrió levemente, abriendo la puerta y dejandome entrar
-Buenas noches, señorita-
Susurro y desapareció, suspire al entrar a la recámara y me tumbe en la cama, viendo el techo, sintiendome incapaz de pegar los ojos esta noche..

Habían transcurrido un par de horas cuando el teléfono móvil me hizo dar un respingo, conteste con la frialdad de siempre
-Citta..-
-Calma Angie, soy yo..-
-Ah, Jazz.. Lo siento, nunca se sabe.. ¿Que sucede?-
-Nada.. Solo quería saber como la estabas llevando..-
-Si con eso te refieres a si me hallo en el infierno, estas en lo cierto-
-¿Tan mal te va?, pero al menos tienes el apoyo de Gaspard-
-Hum. Si, eso.. No estoy en casa.. Me sali por tiempo indefinido..-
-¿QUe?!.. Ay Angelus!, eso es lo peor que pudiste haber hecho!.. Lo necesitas contigo!-
-No pienso dejar que sufra por mi culpa.. ¿Tienes idea de como se siente cada vez que las pesadillas me acosan?.. Ha pasado tantas noches en vela como yo.. el no tiene por que hacerlo..-
Masculle con testarudez
-¿Donde estas Angie?, puedo ir a verte y charlar un rato-
-No es buena idea Jazz, estoy en la mansión de Alessandra, ya sabes, no eres bien vista por aqui-
-Ya.. No te preocupes.. Angie.. ¿Has pensado en ir al psicologo?-
-Y un demonio!, que no ire a ver a un maldito loquero!.. Puedo cone sto yo sola-
-Esta bien, esta bien.. Fue solo una sugerencia.. Escucha, tengo que colgar, llegaron las personas que esperaba.. ¿Por que no tomas algo para dormir y descansas un poco?, al menos no tendras que preocuparte por el hecho de que Gaspard te oiga gritar en medio de la noche-
-¿Como..?-
-¿Lo se?.. No eres la única que ha pasado por ese horror.. ¿Dejaras que un cerdo como Andréi Valeska se interponga en tu vida.. Te aleje de tu familia?.. Crei que eras mas fuerte que eso Angie.. Cuidate mucho, jefa..-
Jaslenee cortó la comunicacion, dejandome en extremo pensativa

Tatiana apareció en el salón, mirando a Gaspard
-¿Si, en que puedo ayudarle?-
Susurró con delicadeza
-¿Viene a ver a la sra. Capuleto?-