Far Away of home

Offrol: COmo es una partida de rueba, NADIE mas puede acceder a ella, en caso de que yo no pueda seguirla este fin de semana, la seguira algun administrador ^^

Onrol:

Una noche despejada, cielo estrellado, clima moderadamente frio, unos tacones resuenan en el frio asfalto del puente, una voz tenua y nitidamente femenina te llama:

León.. Ven.. Te estoy esperando..

La silueta femenina se perfila en el horizonte, su voz es extrañamente conocida, incluso el suave perfume que flota en el ambiente, seductor, embriagador, estigma de femineidad..

-Leon Kerzhakov-

Musita aquella voz tan sutil, mientras la hermosa ojiazul te encañona con el arma que en el que se ha vuelto experta; por el resplandor de la luna y las farolas, reconoces esos ojos chispeantes, aunque ella parece no reconocerte, la miras, su frialdad puede congelar hasta el suspiro que queda suspendido en tus labios

-¿Listo para tu ultima plegaria?-

Katrina, la chiquilla que te vio crecer, la mujer de mundo, la bailarina famosa.. Tu Katrina.. Ella se erguirá ahora en juez y verdugo..

Tres años pasan realmente rápido. Apenas ayer que estaban dandole por muerto y ahora estaba caminando cerca del famoso puente. Su expresión permanecía seria al momento de que el peligroso cañon estuviera tan cerca de su rostro, lo único en lo que azulada mirada se concentraba era en la silueta que tenía justo frente a el. Aquella que había soñado en varias ocasiones y que ahora su sueño se veía cumplirse de una manera tan distinta.

-Katrina Merizteva- Sus labios simplemente se curvaron en una tranquila sonrisa, y observo el cañon de aquella arma antes de soltar una pequeña risa divertida. Había cambiado en estos tres años, aunque no la podia ver del todo por las sombras que brindaba la noche, sabía perfectamente de quien se trataba y se daba una idea del juego que queria jugar.

-¿Ultima plegaria? ¿Asi saludas a los viejos amigos?- Sin ninguna clase de temor aparto el cañon de su rostro. Aunque era su Katrina la que quería jugar, tendría que encontrar la manera de girar las tablas a su favor y ya tenia en mente exactamente el que hacer.

El único pequeño problema que veía era que ella no parecía recordarle y si era ella quien le mataría por lo menos quería refrescarle la memoria con alguno que otro truco que el ruso tenía bajo la manga. Tenia estudios sobre el comportamiento humano y como manipularlo con simples palabras.

-Cuidado que eso no es juego, aunque claro que de juegos tu eres toda una experta ¿no?- Dijo con cierto tono de burla en su voz.

La ojiazul enarcó una ceja con suave elegancia, el vaho de su respiración subía en espirales y dibujaba caprichosas formas que velaban parcialmente su rostro, levemente crispado por la sorpresa; aquel hombre la conocía, aquel hombre la habia llamado por su nombre completo y.. ¿viejoa amigos?, ¿juegos?, ¿de que demonios hablaba el sujeto?

La fria llovizna comienza a caer, calando a ambos personajes aunque van bien abrigados, ella suspira y frunce el ceño, en el London Bridge Millenium, la vida parece detenerse en el momento que ambas miradas se encuentran y ella, hurgando en su pasado, reconoce esa fiereza

-León Braginski-

La rusa bajará el arma ligeramente, aquello no estaba bien, ¿por que su jefe la habia enviado a liquidar a alguien que sabia era algo en su vida?.. La ojiazul entorna la mirada y sin un ápice de duda, vuelve a encañonarlo y sonreir con cierto desdén malicioso

-Nada personal, solo trabajo, viejo amigo.. Nada de juegos, nunca se me dieron bien-

Por un momento se sintió en alivio al verla alejar el arma de su rostro. Al menos era un peso menos de encima el que le reconociera al fin, claro antes de encañonarlo de nuevo y hacerlo que dejara de sonreir frunciendo ligeramente el cejo ante sus palabras. Podría decirse que esa maldita responsabilidad de Katrina era lo único que le molestaba en estos momentos.

-Esto empieza a ser un poco incomodo- El músico concentro su vista nuevamente en el cañon del arma de a quien consideraba 'su amor' y seguramente esto era porque su gente le consideraba traidor por haberse escapado durante tres años e incluso pretender el mismo que estaba muerto, no era nada agradable enterarte de la verdad de esta manera y si en el pasado habías retado al actual don. . . esas palabras estaban resultando contraproducentes.

Por un segundo no sintio el agua golpearle suavemente el rostro, observaba el frio brillo en sus ojos considerando las posibles jugadas. La opción 1 era no hacer nada y dejar que le disparara, cosa que no pasaría y la opción 2 era jugar con las palabras, la desventaja en eso era encontrar las adecuadas para lograr su objetivo.

-Sabes, siempre pase estos tres años pensando en como sería este reencuentro. Y lo ultimo que me paso sería que estarías con intenciones de matarme. . . aunque es algo interesante. Lástima que no estoy con deseos de morir en estos momentos- Se cruzo de brazos sin inmutarse de nuevo por tener el cañon frente a su rostro, no jugaría a los soldados con ella. No la subestimaba y no era de aquellos que dejaban vivir a las mujeres, pero esta mujer era demasiado importante para asesinarla.

La ojiazul ladeó el rostro con ligereza, mirando con desconfianza la actitud del hombre frente a ella, basicamente se entregaba para que le pusiera una bala donde mas le conveniera; Katrina parpadeó un segundo, sintiendose descolocada por aquella actitud, despues de todo, no se trataba de un cerdo italiano o un yankee imbecil, era un ruso traidor, y peor aun, el ruso que ocupaba sus pensamientos..

-Maldita sea Braginski!, ¿por que todo lo haces dificil?!-

La sicario bajó el arma, le colocó el seguro y la guardo en su funda, dejando ver, por un efímero segundo, el contorno de su silueta oculta tras la gabardina; aun llevaba el leotardo y las mallas de danza, lo cual indicaba que habia sido sacada de un ensayo, y aunque demasiado informal, resaltaban su figura

-Tres añes creyendote muerto.. Tres años!-

La bofetada no se hizo esperar, Katrina habia acortado la distancia conforme hablaba, para despues dar media vuelta intempestivamente y alejarse, desenfundando el arma y lanzando un solo disparo de advertencia, que impactó justo en las baldosas a la izquierda del hombre, demasiado cerca como para ser un tiro errado..

-Si valoras aun tu vida, Braginski, mantente lejos de nosotros-

Sabía que la estrategia empezaba a funcionar, esa era la manera en como el ruso jugaba sus cartas siempre. Esperaba la jugada que veia en los ojos ajenos y luego soltaba el as bajo la manga, tres años habían pasado en los que su supervivencia era lo primero. Incluso en el cementerio estaba una lápida con su nombre. . . pero tambien que habia sido de ella, ella no estaba exenta. Leon tambien habia sufrido por no saber nada de Katrina en tres largos años, y si ahora su propia gente estaba cazandole por una estupidez solo podía significar una sola cosa.

-Jeh!- Una bofetada y un disparo como advertencia antes de que le diera la espalda. Pero solo hacia que remarcara mas su sonrisa sarcastica, todo salía como lo estaba planeando. En poco tiempo estaría de vuelta en casa.

-Dudo que eso suceda, pues si estan tan interesados en matarme es porque quieren algo que yo tengo.- Desvió su mirada manteniendo su porte tranquilo, pero ahora ya tenía su Beretta especial en mano, jugueteando con ella.

-Hay algo divertido en todo esto- rio un poco siguiendo sus movimientos con la vista -Necesitare hablar con Maksim al respecto. Por cierto, es un gusto saber que estas viva- Empezo a caminar con cautela siguiendo el recorrido del puente.

Katrina enarcó una ceja con suavidad, deteniendo su avance y girando lentamente sobre los tacones de las zapatillas que llevaba; si que era un descarado, jugar con ella.. La ojiazul fruncio los labios ligeramente y clavó la mirada en León, sonriendo con desdén frio y puro

-Si es que logras acercarte a el.. Despues de todo, por algo me enviaron-

Y asi era, el ruido de un auto frenando impulsivamente, las puertas abriendo y el revuelo de voces y ordenes a gritos que envolvía el entorno de Katrina.. Nuevamente un par de disparos al aire, dos de ellos hechos por la ojiazul y despues unicamente un grito que helaria la sangre de cualquiera

-LEON!!-

..Silencio.. Puertas cerrandose, un motor rugiendo y la imagen de Katrina desapareciendo tras los vidrios polarizados de aquel BMW que se alejaba a toda prisa.

Luego de eso, todo lo siguiente fue demasiado rápido. Voces con acento conocido y despreciable, un par de disparos y despues un grito que terminó por despertar sus cinco sentidos antes de en vano correr para intentar alcanzarles.

-Carajo. . . KATRINA!!- Su voz resono por el puente mientras observaba el auto italiano alejarse calle arriba. Se detuvo ese segundo, solo un maldito segundo que basto para hacer que su sangre hirviera hasta casi evaporizarse. Grave error de esas escorias, si no tenia intenciones de regresar a la acción, ahora ya habia cambiado drasticamente la idea. Le querían de regreso. . . haria que se arrepintiesen de aquel deseo.

-Muy bien Maksim, me quieres. . . me tienes- Fueron sus ultimas palabras antes de caminar a toda prisa el resto del puente, iracundo y dirigiendose al casino donde estaba el actual jefe. Habia negocios de los cuales hablar.

Principalmente porque ahora aquel brillo antiguo regresaba a esos ojos azules, oficialmente Leon Kerzhakov Braginski estaba mas que dispuesto a darles caza a quienes habian interrumpido la escena.

Offrol: Como es una partida de prueba, y no tiene valor alguno en el rol, usare a maksim Steklov como PnJ por UNICA ocasión

Onrol:

El auto se habia detenido frente al casino, sin importarles ni un ápice, los hombres de Steklov bajaron en brazos a una inconciente Katrina, que exhibia el fiero golpe en el rostro, quiza el que la habia dejado aturdida; en el piso superior del casino, en su amplia y lujosa noficina, Steklov esperaba, mientras su guaruras llevaban a la ojiazul a una recámara adjunta, y el, impasible, esperaba la llegada del ruso, despues de todo, habia tocado la vena sensible

-Ivan, asegurate de que el señor Kerzhakov entienda que su visita no es por motivos de placer.. Y dejale claro que si se niega, su amiga sera quien pague-

En la planta baja, los hombres y mujeres dejaban hasta el alma en las mesas, algunos, con mas suerte que otros, ganaban hasta que el capricho del dueño les cortaba las alas y los dejaba en la ruina

Ya tenía perdido el paso del tiempo. Sabia que tenia poco o casi nada y por eso iba lo mas rápido que podía al famoso casino del que era dueño Maksim Steklov, el ruso que había retado hace tres años antes de la famosa afrenta con Angelus Citta que le habia incapacitado un par de meses y habia servido de excusa para ocultarse. Trágica situación.

-Ivan, tanto tiempo sin vernos mi hermano. Aunque algo me dice que no estas demasiado contento de verme- sus labios se curvaron a una divertida sonrisa, sacando la única arma que portaba en esos momentos, antes de que el guardaespaldas se la arrebatara con lujo de violencia, escoltandolo despues a donde estaba el famoso jefe.

Sin duda el Señor Steklov sabía como vivir la buena vida a base de estafar a los demas que creían que la suerte estaba siempre de su lado. Mesas llenas con pilas de fichas y monedas y gente que las apostaba como si su vida no dependiera de nada mas, pagando el precio alto de salir con las manos vacias o en casos extremos, salir sin vida.

Ivan y Yuri le hicieron subir unas lujosas escaleras que se bifurcaban pero terminaban en el mismo destino que llevaba a un elegante pasillo donde descansaba la oficina de Maksim Steklov.

Ivan llamo a la puerta antes de empujar algo recio al ruso ojiazul, haciendo que maldiciera por lo bajo y observando despues al hombre que descansaba en una silla.

-¿Tantas personas para un muerto? Me sorprendes Steklov- Sonrió de medio lado observando una femina figura de piedra que descansaba en el sofa, adornando la habitación. -Soy todo oidos-