Casa de M. Bloody

Toqué el timbre de la casa de Mia, su auto estaba aparcado frente a ella así que tendría que estar. Pasó 1 minuto, 2, 3, 4, 5, 6 minutos. me puse nerviosa, qué estará haciendo?
-Mia..??- golpee mas fuerte- Mia, estas ahí??- Intenté abrir la puerta. No podía. Cerré los ojos, di un paso para atras, suspiré y pegué una fuerte patada a la perta. Esta se abrió. Entré y tomé mi arma por si las moscas.- Mia?? Mia??- dije mientras caminaba por la sala. Fuía hasta la cocina y la ví allí tendida en el suelo- Mia!- grité. Corrí a donde ella y tiré el arma al suelo.- ¿Mia?¿ Me escuchas estas bien?- la sacudí un poco. Estaba bastante fría. Le tomé el pulso...
..Nada, se me llenaron los ojos de lágrimas- Oh! Mia! no.. no.. ¿Qué ah pasado?- decía inutilmente, sabía que no iva a contestarme. Tomé mi movil. Y marqué un número- Argelli?? Mia, Mia está.. muerta, no tiene ninguna herida, nada..-tragué saliva- ¿Que..que hacemos?... Vale, adios- colgué y me quedé sentada en el suelod e la cocina asimilando lo que había pasado.

Llegué a la casa en el coche,tomé un pequeño maletín y fuí donde Alessandra.Sin una palabra me agaché junto a ella y le abrí un ojo con suavidad observándolo con una pequeña linterna.Miré a Alessandra significativamente.Después pinché una pequeña aguja para sacar un poco de sangre,aun no se había cuagulado,así sería más facil,le eché algo y observé el pequeño frasco.
-Cianuro-susurré,levanté la vista y observé el vaso frente a ella y su posición-hace falta que diga que no creo que la hayan asesinado,verdad?Se ha suicidado-termino.
Observo un sobre en su bolsillo y lo saco,se lo paso a Alessandra.
-Esa puede ser la razón,leela tu si lo crees conveniente,yo nunca tuve confianza con ella-me levanto-pediré qe la lleven a la funeraria y la enterraremos mañana.

Ví cómo Lilith se encargaba de Mia. Tomé la carta.
-Bien, la leere cuando me atreva a hacerlo- tragué saliva y me levanté del suelo. Suspiré y salí de allí.

Ordeno a uno de los guardaespaldas que me seguía que lleve a la chica al tanatorio y avise a los italianos.La poítica de la mafia exigía una autopsia de manera que el entierro se tendría que retrasar un poco,aunque la causa de la muerte ya se supiera.
Abandoné la estancia,con el habitual paso frío,impasible,nada afectaba,debía ir a casa,me prepararía para aguantar a Angelus y Giancarlo abajo,en el restaurante del edificio,no tenía ganas de que estropearan mi apartamento con sus disputas.