Wade P. Harbin

Nombre y apellidos: Wade P. Harbin.
Posición: Mafia Estadounidense (Boss.)
Edad: 29 Años.
Fecha de nacimiento: 1 de noviembre de 1983
Profesión: Profesor de música.

Descripción física: De estatura normal, 1.84, espigado. 81 kg, producto de una vida sedentaria, lo que le da una figura estilizada; está en forma, pero no sobresale por su físico. Piel blanca, media melena castaña muy oscura, últimamente muy cuidada. Ojos grises. Suele llevar barba de dos o tres días, nunca se decide a dejarla más tiempo. Gusta de vestir colores oscuros, rara, rarísima vez llevará ropa clara.
Conserva ese balazo en el costado y una herida en la mano derecha, fruto de sus "peripecias", si podemos llamarlo así. Ha ganado unos kilos. No es que hayan hecho mella en su figura, simplemente en éstos tres años ha estado relajado. Su aspecto físico anterior a su relación con la inglesa ha cambiado desde entonces. De todos modos, cinco kilos pasan desapercibidos.

Descripción psicológica: Reservado, frío. Wade ha tenido contadas relaciones, tanto de amistad como amorosas. Sin embargo, encontró su manera de vivir el amor y de estabilizarse sentimentalmente con Aribeth.
Su frialdad es tal que muchas veces es hasta cruel, siendo capaz de hacer gala de una escalofriante sangre fría. Últimamente, esa parte de él anda escondida, se ha volcado más a la vida familiar, también junto a su hija. Ahora se muentra más abierto y especialmente cariñoso. Se le puede ver sonreír habitualmente, algo que antes era muy difícil. El americano es feliz.
Wade tiene tendencia a reflexionar mucho ciertos aspectos. Hay decisiones que son cruciales, que pueden cambiar el curso de las cosas. Él lo sabe, y por eso puede tirarse horas delante de la ventana con un cigarrillo y una cerveza a pensar en que decisión tomar. Si antes estaba solo, ahora tiene algo por lo que luchar, aparte de su propia vida. La de su familia, Aribeth y Juliette. Ése fue el gran paso para replantearse su existencia.


Otros datos: Ya no fuma tanto cómo antes, en parte por que Aribeth le obligó y en parte para no dañar a Juliette. Bebe, no demasiado. Le gustan las armas, las antiguas sobretodo, pero al no poder blandir una espada por las calles, siempre lleva consigo una pistola de mano. Viendo la hostilidad, siempre presente, de la capital inglesa, Wade no se ha deshecho de su colección de armas. Ese pequeño arsenal sigue oculto -aunque a mano- en el sótano de su casa junto a su, todavía entero, Golf GTI.
Otra de sus pasiones es la conducción, y siempre que va sólo, acostumbra a volverse loco al volante.


Historia: Muchos conocéis mi andadura a través de Londres, la ciudad que siempre llora.
En verdad tiene razones por las cuales derramar esas lágrimas. Todas esas muertes, algunas innecesarias, otras vitales. Civiles, inocentes todos, de alguna manera. Impasibles ante aquel infierno que día tras día amenazaba con atentar contra su vida, contra su tranquilidad.

Sí, muchas almas son por las que llueve el cielo londinense ahora. Ahora y siempre, no es ninguna novedad. Hará poco más de tres años que vivo aquí, pero no me canso de ver una tras otra las gotas impactar contra las ya mojadas aceras del lugar.
El hospital ya está reconstruido, desde que Leon hiciera saltar por los aires uno de los pilares en señal de aviso, o eso quiero pensar. No he vuelto a saber nada de nadie más de aquella vivencia. Lucia, Leon, Jorge... Marco. Todo apunta a que solo eran la punta de un iceberg muy grande. Tuve la suerte de aferrarme a lo único que me dió razones para subsistir en esa jungla urbana. Y con esa suerte me encuentro hoy contando ésta historia.

Una vez rescaté a Aribeth -aún embarazada- de aquel manicomio ruso, nos decidimos por volver a Londres a enfrentarnos a lo que, de otro modo, de seguro nos perseguiría durante el resto de nuestras vidas. Igualmente, durante el tiempo que estuvimos fuera, el ambiente era mucho más calmado, y pudimos tener el bebé sin miedo en la misma capital.
Sin embargo, no podíamos quedarnos cerca de aquellos suburbios que casi nos cuestan la vida. Finalmente nos instalamos en una bonita casa en Greenwich. Allí, poco a poco fuímos construyendo lo que poco a poco se convertiría en la familia Harbin/Crow que somos ahora. Puedo contar orgulloso que doy clase de música a algunos jóvenes en un pequeño conservatorio que se encuentra enfrente de la Universidad de Greenwich, mientras que Aribeth es profesora de primaria en un colegio local.
La preciosa Juliette es tan serena cómo su padre y posee la picaresca de su madre. Una mezcla diabólica, realmente, si los conoces a ambos.

Claro que, si mi vida fuera del todo impura, no os estaría contando ésto... ¿no?
Pronto algo que nadie sabe saldrá a la luz y tergiversará los planes de unos y otros...

¡Ficha actualizada! Cierro.